Rafael Correa se desliga del partido con el que gobernó durante una década
El expresidente de Ecuador se desvincula de Alianza PAIS tras perder la disputa por la dirigencia contra Lenín Moreno
Hace ocho meses Rafael Correa era presidente de Ecuador y líder indiscutible de un partido con el que se había mantenido en el poder durante 10 años. Hoy, Correa empieza de cero. Ha presentado este martes un escrito ante el órgano electoral para desvincularse de Alianza PAIS, con la intención de crear una nueva formación política para hacer frente a su sucesor en el Gobierno y en el partido, Lenín Moreno.
La decisión de desmarcarse de la marca PAIS, poderosa durante la última década, se formaliza un día después de la derrota en los tribunales de la disputa que mantenían los correístas y los seguidores del presidente Moreno por dirigir el partido. Finalmente, el Tribunal Contencioso Electoral de Ecuador se pronunció ayer y refrendó la directiva de la facción morenista, rechazando un recurso de apelación de Gabriela Rivadeneira, que quedó entonces deslegitimada como secretaria jurídica de AP. “A través de ese tribunal nos han robado el movimiento de Carondelet (sede de la presidencia), ya no solo son traidores, son ladrones”, denunció Correa, que regresó a Ecuador a inicios de enero para liderar la campaña por el ‘no’ ante la consulta popular que se celebrará el 4 de febrero y que podría cerrarle las puertas de la reelección indefinida.
Junto a él, otros 28 asambleístas de Alianza PAIS han anunciado que acompañaran al fundador del movimiento verdeflex en su nueva formación. Contra la resolución del Contencioso Electoral, pedirán la recusación de los jueces y llevarán el caso a instancias internacionales. El proceso se inició cuando el ala afín al exmandatario destituyó por su cuenta al presidente Moreno como líder del partido y que les supuso la suspensión temporal de militancia. Ni el Consejo Nacional Electoral ni los tribunales reconocieron el cambio de liderazgo.
“Por supuesto duele, cuando alguien construye, organiza… Claro que duele”, declaró a la prensa Rivadeneira, una de las más firmes defensoras del correísmo. “Pueden quedarse con todo. No empezamos de cero, porque empezamos con un padrón que va a respaldar el nuevo movimiento. Tenemos a la militancia”, confió la aún asambleísta de PAIS, anunciando que ya se han iniciado los trámites para que se reconozca el nuevo partido. El órgano de control electoral tiene previsto analizar en su quinto punto del orden del día si les entrega o no los formularios para recabar firmas y poder formar el nuevo partido.
Nada ha sido fruto de la improvisación. Además de confirmar que la decisión de crear un partido nuevo si se perdía el control de PAIS se tomó a finales de noviembre, durante la primera visita de Correa a Ecuador como expresidente, el ala correísta promociona desde entonces una nueva identidad: el movimiento Revolución Ciudadana. El color verdeflex y las siglas de Alianza PAIS han desaparecido de sus eventos. Incluso en las redes sociales, que han servido de altavoz para Correa desde que se marchó a Bélgica en junio. Su perfil ha cambiado a una estética azul, con lemas contra la consulta popular que promueve el presidente Moreno y ha dejado de seguir a AP.
El adiós de Correa y 28 asambleístas al partido con el que nació la Revolución Ciudadana podrá también tener consecuencias en la Asamblea si el presidente Moreno no consigue el respaldo a sus propuestas de los legisladores fieles a su predecesor. “Es importante la definición de las comisiones para saber realmente el grupo que va a apoyar la gestión del presidente Moreno y de la política que él impulse. Esperaría que con su actitud no exista un bloqueo”, ha dicho la asambleísta Elizabeth Cabezas, según recoge El Universo. Hasta ahora, pese a la fricción entre las dos facciones de los últimos meses, la bancada de Alianza PAIS ha tomado posturas alineadas, sobre todo, a la hora de frenar impulsos de la oposición para fiscalizar o enjuiciar políticamente a colaboradores del Gobierno.