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Oswaldo Páez-Pumar: Voz de alerta

 

Me he topado en estos días con un cierto número de artículos que al festejar la victoria de Sergio Garrido sobre Jorge Arreaza por la gobernación del estado Barinas, han asumido por el hecho de que Hugo Chávez Frías fue alumbrado en Sabaneta de Barinas, que ese triunfo es “el principio del fin” del “chavismo” o del “madurismo” de lo cual estamos lejos. ¿Qué tan lejos? Difícil estimarlo y aún más difícil acertar en la estimación.

Con independencia de la concepción económica errada del comunismo lo más importante en el combate que libramos contra él, quienes pensamos que la democracia es un muy mal sistema de gobierno aunque los demás sean peores, es que ese tema ya quedó en el olvido. Primero fue en China, que casi veinte años antes de la caída del muro de Berlín había definido con la frase “no importa que el gato sea blanco o negro, lo que importa es que cace ratones”, que no es otra cosa que el abandono por parte  del estado de la función de controlar y conducir la producción económica”.

Después de la caída del muro vino la desintegración de la Unión Soviética, la URSS, pero la más importante de aquellas “repúblicas socialistas soviéticas” Rusia, ha seguido la ruta China en cuanto a que la economía no es función de gobierno, sino de productores. Aunque el sistema opresivo siga en manos de Putin, que es decir en manos dela KGB. Me atrevo a agregar que aquellos países que aún continúan ejerciendo desde el poder político el control de la producción económica son los que están gobernados por quienes o tienen un cociente intelectual bajo, o están obnubilados, quizá fanatizados, por la idea de controlarlo todo. En ese lote forman partido la tradición familiar de Kim Il Sun en Corea del Norte, por supuesto el heredero de Castro, Díaz Canel en Cuba, Ortega en NIcaragua y el heredero de Chávez Frías, el usurpador Maduro, que seguramente cree que “unos bodegones” para sus amigos son apertura económica.

Como dijo el beisbolista filósofo, Yogi Berra, el partido no se acaba hasta que no se termina, por lo que invito a mis compatriotas a contribuir con su entusiasmo a despertar más entusiasmo para una lucha que ojalá no produzca un baño de sangre, porque el usurpador y quienes le acompañan, particularmente los hermanitos Rodríguez, parecen creer que tienen derecho sobre la vida de los venezolanos, si de conservar el poder se trata.

El usurpador educado en Cuba para sustituir a Chávez Frías es más de allá que de aquí y Cuba que vivió el período “especial” por la desintegración de la Unión Soviética y la epidemia de ceguera en sus niños y jóvenes causada por la desnutrición (con Castro bien nutrido pero no tan gordo como el usurpador) atendida por el doctor Muci Mendoza, no querían verla repetida y por eso celebraron el triunfo de Chávez Frías y, quizá también su muerte (lo digo por malpensado) que es lo que explica el crecimiento de ese vínculo con la llegada del usurpador. También explica, lo digo también sin tener conocimiento de lo que ocurre en los suburbios turbios, ni mucho menos en esos espacios cerrados a los civiles donde un número considerable de militares, en proporción mucho mayor a la de los civiles que sin fórmula de juicio pagan en oscura prisión su desacuerdo con el régimen bajo tutela de La Habana, repito, explican lo gordo y lo satisfecho que se muestran los que están con el régimen dirigido desde La Habana, a donde acuden en busca de “la línea” para recibir orientación sobre el curso a seguir cada vez que surge una situación complicada.

De manera que yo me siento satisfecho con el triunfo de Sergio Garrido, que lleva el mismo nombre de un amigo de la infancia y adolescencia ya fallecido y que creo que tenemos un buen punto de apoyo para la lucha que lleva 23 años, pero que no se ha ganado y que  lo peor que nos puede ocurrir es darla por ganada.

Caracas, 11 de enero de 2021

 

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