Arzak y la inteligencia artificial
Una de las inteligencias artificiales generativas va componiendo sobre la pantalla un memorándum sobre la aportación de Juan Mari Arzak a la cocina internacional: «1- Introducción. Juan Mari Arzak es un chef vasco que ha sido una figura central en la revolución de la gastronomía moderna. Su influencia se extiende más allá de las fronteras de España, transformando la manera en la que el mundo percibe y experimenta la comida…».
«Oye, majo —me dice Juan Mari Arzak—, ¿qué es esto de la inteligencia artificial, cómo funciona? ¿Vale para lo nuestro?»
Mientras los párrafos se suceden, Juan Mari Arzak mira atónito el proceso con sus acuosos e inmensos ojos claros. «Esto es la pera», lanza. Estamos en su casa, compartiendo charla y almuerzo familiar, y la curiosidad de lo nuevo que hay y habrá en el mundo sigue intacta, como hace 45 años.
Unos minutos antes me había dicho: «Oye, majo, ¿qué es esto de la inteligencia artificial, cómo funciona? ¿Vale para lo nuestro?». Le contesto que sí. Abro el ordenador y empiezo a hacerle preguntas a la IA. El texto creado termina así: «Su combinación de tradición e innovación ha transformado la manera en que se concibe y se practica la alta cocina».
Arzak no se emociona con semejantes palabras. «Ya, ya, pero, por ejemplo, ¿cómo se puede trabajar con las recetas?». Ponemos a la máquina a darnos la receta de su afamado pastel de kabrarroka, a pedirle que nos haga la lista de alérgenos y las calorías, y finalmente a que cree tres propuestas de montaje.
Arzak se rasca la cabeza y empieza a pensar en el futuro que llega. Comemos revuelto de xixas, salmón curado en casa y una ensalada con lechuga de la huerta. Da gusto verle tan despierto e interesado por el mundo. Al finalizar la comida, llega su entrenador y se sube a dar pedales en la bicicleta estática.