DictaduraEconomía

Cuba no tiene dinero ni para imprimir su dinero

El régimen no cuenta con infraestructura tecnológica adecuada, ni tiene personal suficiente y entrenado para bancarizar hasta la economía personal de cada ciudadano.

Monedas cubanas.
Monedas cubanas. VERO4TRAVEL

 

La llamada bancarización de la economía (no lo es realmente) decretada por la cúpula castrista trae de la mano viejos recuerdos del canje de moneda realizado en agosto de 1961, el mayor robo de dinero ocurrido nunca en América, y del cual fui testigo directo como empleado bancario.

En ambos casos se trata del retiro todo el dinero efectivo posible de la circulación y la del aumento del control político sobre los actores económicos privados y de toda la población. Es decir, aunque las circunstancias y ciertos propósitos ahora son diferentes, estamos hablando de dos zarpazos primos hermanos.

Hace unos días al presidente del Banco Central, Joaquín Alonso, «se le fue» por la TV la verdadera razón de la supuesta bancarización cuando dijo: «La divisa que se emplea en la fabricación de moneda física se puede destinar a otras prioridades del país».

Y unos días después Orlando López Garcés, presidente del Banco Metropolitano (tiene 520 cajeros automáticos en La Habana) completó la idea. Afirmó que los límites a la extracción de efectivo «se deben a un tema de logística (…) El banco le pide al cliente cuando rebasa un límite determinado: por favor, deme la oportunidad de crear esa logística».

La palabra logística básicamente significa hacer posible que un producto llegue adecuadamente al consumidor desde el lugar en que se produjo. O sea, los cajeros automáticos y las agencias bancarias no tienen efectivo porque no lo hay, y punto.

La pregunta es: ¿por qué no lo hay? Todo indica que el Gobierno de Díaz-Canel no tiene ya dinero ni para imprimir dinero, y valga el kafkiano pleonasmo. Y le quiere sacar a la población el dinero que necesita, pero no tiene fondos para mandarlo a imprimir.

Esto sugiere dos cosas: o el régimen no ha pagado lo que debe a la entidad impresora, o no debe nada, pero no tiene cash para hacer nuevos pedidos. Ah, y si como se sospecha los billetes se imprimen en China, ya sabemos que por razones culturales los chinos no regalan nada: «o money, o no money».

El colmo es que ni siquiera se están reponiendo los billetes que se deterioran a diario y salen de circulación. Los cajeros de los bancos y otras instituciones de cada país están obligados a retirar diariamente los billetes deteriorados. Me consta porque así se hacía en la oficina bancaria habanera en que trabajaba (1960-1962). Por algo en EEUU se imprimen diariamente 500 millones de dólares, según fuentes oficiales.

Si no se reponen los billetes retirados, se desploma la masa de dinero imprescindible, que es la sangre que circula por el cuerpo de toda economía. Esto es posiblemente lo peor que le ha pasado financieramente a la dictadura desde 1959. Y no recuerdo que eso le haya pasado a otro país en América Latina

A eso agréguese que imprimir dinero es caro. En Perú imprimir 2.000 millones de billetes de soles cuesta 270 millones de dólares. En Colombia en 2017 la impresión de 723 millones de billetes (pesos) de diferentes denominaciones costó 18.000 millones de pesos colombianos. La impresión de un billete mexicano cuesta 1.30 pesos, y una moneda de 10 centavos sale en 14.52 centavos.

Controlar política y financieramente a los negocios privados

 

Otra cosa, con la bancarización viaja de polizonte, bien enmascarado, el objetivo de controlar financiera y políticamente a los cuentapropistas y negocios privados independientes. Para que no crezcan y se «porten bien» políticamente, al tiempo que se favorece a las MIPYMES y negocios privados enchufados a la dictadura. Es decir, el Gran Hermano «seguroso» sabrá cuánto dinero posee cada quién, cómo lo obtiene, si es políticamente «respondón» o defensor de los derechos humano, etc.

Y ahí hay un claro paralelismo con lo ocurrido hace 62 años. Aquel canje de moneda fue la estocada final a los restos de la burguesía nacional, incluyendo los propietarios de tierras hasta 30 caballerías (402 hectáreas) permitidas por la primera Ley de Reforma Agraria de 1959 (la segunda ley, en 1963, redujo el máximo a cinco caballerías o 67,1 hectáreas) y también para controlar políticamente y ponerles un techo a los pequeños negocios para que no crecieran más y a la vez controlarlos políticamente. Los empresarios, grandes y medianos ya habían perdido el 13 de octubre de 1960 todos sus negocios y activos al ser nacionalizados,

Durante meses antes del canje Fidel Castro insistió casi a diario en que se depositara el dinero en el banco. Pero, nada, había mucho más dinero en casa que en la calle. No se confiaba en una banca que constantemente confiscaba, congelaba cuentas bancarias por motivos políticos. Y nadie esperaba el canje de moneda. Incluso los bancarios que participamos en el canje nos enteramos por la prensa, el sábado 5 de agosto, que al día siguiente se iniciaría el canje (luego se prorrogó hasta el lunes 7).

Al abrir las cajas con billetes nuevos nos sorprendió que estaban firmados por el Che Guevara, quien desde de febrero de 1961 había dejado el Banco Nacional de Cuba (fue su presidente desde noviembre de 1959) y era ministro de Industria. Luego, por amigos míos bancarios supe que la idea del canje fue del argentino, quien personalmente en Praga arregló todos los detalles en octubre de 1960. Por cierto, Guevara era tan ignorante en materia financiera que el vicepresidente del Banco Nacional, Salvador Vilaseca, le dio clases particulares para que se enterara al menos de lo básico.

Canje: Castro I confiscó a los cubanos 9.254 millones de hoy

 

A los 3.500 centros de canje habilitados en toda la Isla en 1961 se presentaron 1,7 millones de personas (en representación de unos cinco millones de ciudadanos). A cada uno le entregaron un máximo de solo 200 pesos en efectivo en billetes nuevos. A quienes llevaban más de 200 pesos les abrían una «cuenta especial» hasta un límite de 10.000 pesos, pero solo podrían extraer un máximo de 100 pesos mensuales. Quienes llevaban más de 10.000 pesos perdían al instante lo que sobrepasara esa suma.

Los pequeños comerciantes perdieron todo el dinero no depositado en el banco. Y no pudieron progresar más. Finalmente, en marzo de 1968 fueron estatizados o cerrados los 57.280 pequeños negocios que aún subsistían.

En síntesis, Fidel Castro les confiscó a los cubanos 895 millones de pesos, la diferencia entre los 1.187 millones de pesos que estaban en circulación antes del canje, según datos oficiales, y los 292 millones de pesos en billetes nuevos en efectivo que fueron entregados en los centros de canje. Se retiró de circulación el 75% de la masa monetaria del país. Y el robo en realidad fue de 9.254 millones de dólares, pues un dólar de 1960 vale hoy 10.34 dólares, según los expertos.

Y ahora aquel mismo régimen comunista quiere hacer algo parecido, pero igualmente los cubanos de hoy desconfían de la misma banca y prefieren guardar el dinero en una gaveta con llave.

Si el zarpazo tuviese éxito habría en Cuba una crisis humanitaria

 

Por eso, muy probablemente prevalecerá el rechazo a colocar el dinero en el banco, o se depositará muy poco. Es lógico, el mercado clandestino, urbano y rural, que alimenta, viste y calza a los cubanos, funciona con pesos físicos. Además, el peso pierde valor diariamente, y ya un dólar comprado «por la izquierda» cuesta 250 pesos. La gente los necesita para sobrevivir, y protegerse (con dinero de verdad) del colapso económico que cada vez se ve más cercano.

En el caso hipotético (muy poco probable) de que el régimen lograse retirar de la circulación gran parte de la masa monetaria física se desataría en Cuba una crisis humanitaria.

Pero Cuba ni cuenta con infraestructura tecnológica adecuada, ni tiene personal suficiente y entrenado para bancarizar hasta la economía personal de cada ciudadano. Además, buena parte de la población no tiene teléfono celular, ni sabe cómo funcionan.

Lo que sí tendría que hacer Raúl «El Cruel», ¡ya!, es liberar las fuerzas productivas y restablecer la economía de mercado, la que había cuando los cubanos tenían un ingreso personal de los más altos de Latinoamérica. Con la economía de Cuba fumigada y desinfectada de castrismo-comunismo, los cubanos tendrán cuentas bancarias, tarjetas de débito y crédito, y con dinero de verdad.

 

Botón volver arriba