El régimen de Maduro sufre su primera gran derrota en la OEA
El Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) propinó ayer al régimen de Nicolás Maduro el primer gran revés, después de su intento de frenar el proceso impulsado por el secretario general de la institución, Luis Almagro, de que se aborde la grave situación que sufre Venezuela. Las maniobras pilotadas por su ministra de Exteriores, Delcy Rodríguez, hasta el momento mismo de la reunión, chocaron finalmente con la primera gran derrota del chavismo en la Organización, que se formalizó cuando veinte de los 34 embajadores votaron a favor de que el pleno escuchara el informe sobre derechos humanos y las crecientes carencias que padece el pueblo venezolano. El pleno no llegó a pronunciarse sobre la aplicación de la Carta Democrática al país, como también preveía la iniciativa planteada por el secretario general, pero la votación evidenció que la situación de debilidad del régimen de Maduro en el seno de la OEA es mayor cada día que pasa.
Es una evolución política lenta pero visible. El tradicional apoyo mayoritario a Venezuela en el conjunto de los países que conviven en la institución se va resquebrajando. El desgaste es indudable. La ministra de Exteriores del país, Delcy Rodríguez, que convirtió desde un principio la sesión en un pulso al secretario general de la organización, salió ampliamente derrotada. Sólo 12 de los países apoyaron su demanda de que el pleno no escuchara el informe de Almagro, cuando Venezuela tradicionalmente ha disfrutado del apoyo de un bloque de unos 18 países. Esta vez cambiaron las tornas, con veinte países en contra y dos abstenciones añadidas.
Un grave precedente
La canciller venezolana había acusado previamente al secretario general de la OEA de «fomentar un golpe de Estado contra Venezuela». Era su grandilocuente manera de denunciar la que considera la «forma de actuar como juez y parte» de Almagro. La ministra advirtió de que con la puesta en marcha del proceso «se abre un grave precedente de intromisión en un país miembro». Delcy Rodríguez también arremetió contra él por recibir a «un miembro de la oposición» como si tuviera el mismo rango que «el Gobierno legítimo de Venezuela». Se refería al presidente de la Asamblea de Venezuela, Henry Ramos Allup, quien fue recibido por el secretario general minutos antes de iniciarse la reunión del Consejo Permanente.
A las duras críticas de Rodríguez a Almagro se sumaron los embajadores de Nicaragua, Bolivia y Ecuador, quienes en sus intervenciones cuestionaron incluso que el secretario general pudiera continuar ocupando su cargo. En el caso de que alguno de los países planteara formalmente su salida, haría falta el apoyo de 24 de los 34 embajadores.
Desde que Almagro diera los primeros pasos para llevar al seno de la OEA la grave situación de Venezuela, el choque ha sido frontal entre su llamada a aplicar la Carta Democrática al país y la apelación del régimen de Maduro a la no injerencia en los asuntos internos de los países.
El informe de Almagro
Avalado el secretario general por la mayoría del Consejo, procedió a la lectura del informe sobre la situación de Venezuela, que constituyó una terrorífica radiografía de «un país que, debiendo ser rico por su riqueza petrolífera, cuenta con las carencias y necesidades de un país pobre». Y añadió que en términos de corrupción, se encuentra en el número 156 de los 168 países examinados en el mundo, y que tres cuartas partes de los venezolanos creen que su Policía no puede protegerles de la violencia galopante que sufre el país.
Sobre el Consejo Permanente sobrevoló toda la mañana la iniciativa de paz impulsada por el expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, junto con los expresidentes de República Dominicana y Panamá, Leonel Fernández y Martín Torrijos. Al igual que el martes, el apoyo a la causa fue generalizado. El embajador de Estados Unidos apuntó que ambas vías, la que abordó hoy el Consejo y la del diálogo, son complementarias. Es la estrategia estadounidense del palo y la zanahoria con el régimen de Maduro.