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Periscopio Chile: Oposición chilena tras primarias de gobernaciones y alcaldías: La madre de todas las batallas hoy es la unidad, unidad y más unidad…

 

El domingo pasado los chilenos y chilenas fueron convocados a las urnas a tan solo un mes y cuatro días del plebiscito histórico por la nueva Constitución, esta vez primarias de gobernaciones regionales y alcaldes, en las cuales se definieron los candidatos para esos cargos en los siguientes bloques: Unidad Constituyente, Frente Amplio, Chile Vamos y el partido Ecologista Verde. En total fueron 103 postulantes a jefes comunales o alcaldes, y 87 para gobernador, que por primera vez chilenos y chilenas podrán elegir al gobernador de su región, hoy son intendentes designados por el presidente de la república.

Fue algo histórico y totalmente nuevo, porque por primera vez en Chile se elegirán a los 16 gobernadores regionales por votación popular; el cargo es tan importante ya que en él reside la administración superior de todo el territorio de una región, por eso fue tan relevante esta primaria porque los diversos bloques políticos midieron su fuerza para las elecciones que se vienen el próximo año.

Entre tanto dato y estadística, y sacada de cuentas de los diversos partidos políticos y bloques, la gran madre de todas las batallas es sin duda la región Metropolitana, la capital, el gran Santiago, donde la coalición de oposición denominado Unidad Constituyente y el Frente Amplio tuvieron comicios paralelos, y donde el gran ganador fue el conglomerado conformado por los partidos Socialistas, Democracia Cristiana, Radicales, Por la Democracia, Progresistas y Ciudadanos. Claudio Orrego, resultó ganador con 45 mil votos, siendo la carta más fuerte de la oposición para enfrentar a la derecha en esa región.

 

Con el triunfo del Demócrata Cristiano Claudio Orrego, en el territorio madre de todas las batallas, la capital, la coalición conformado por seis partidos de oposición midió sus fuerzas y le fue bien, quedando demostrado una vez más que la unidad es fundamental, ya que día a día la ciudadanía exige a gritos a la oposición que se ponga de acuerdo.

Sin duda que el gran ganador del domingo pasado es la unidad,  hoy se hace más necesaria que nunca. Los diversos pactos tanto de la oposición como del oficialismo han aprendido la lección, la unidad potencia a los partidos políticos más grandes y que tienen más estructura, o la mal llamada “maquinaria”. En cambio, la división o la desunión los deja a todos a fuera de la batalla y de la competencia electoral. En ese sentido, el camino propio, el batallón remando para el otro lado en Chile no sirve, ya que es un país multipartidista, por eso es tan necesaria la unidad de toda la diversidad de la oposición para ganar la gran batalla de todas: la presidencial en noviembre de 2021.

Esta unidad es necesaria ahora más que nunca, pero no solo es la unidad porque sí, juntémonos todos contra la derecha, no es así, es con contenido, con opción, y ahí está la “madre del cordero”, como dice el dicho popular, el contenido con opción y con sentido, estableciendo coincidencias y actuando en conjunto en aquello que se concuerda.

Como la oposición tiene el objetivo de ganar la elección presidencial, cuando se quiere gobernar la cosa cambia porque se trata de alcanzar propuestas programáticas para ofrecerle al país y ser una opción real a la hora de la elección.

Es por esto que el acuerdo debe ser la regla del juego número 1 que todos deben cumplir como un principio ético para poder establecer proyectos comunes entre la diversidad que existe en la oposición. De momento, lo que hemos visto es un cierto nivel de caos y confusión, porque algunas veces un sector acusa a otro de separatista o que está causando la desunión, cuando lo que quiere decir es que se está actuando de un modo distinto al propio, sacando conclusiones rápidas y sin análisis de la coyuntura. Muchas veces se piensa distinto ya que existe mucha diversidad dentro de la oposición, pero hoy a un aire que se siente como un proceso de alcanzar mayores grados de unidad. Ahora importarán las acciones políticas que se hagan más que las declaraciones en la prensa de buenas intenciones.

Ya el Frente Amplio lo demostró cuando abandonó la mesa de negociación para llegar a candidaturas únicas de gobernadores regionales de la oposición, y ahora ya midió su fuerza en esta primaria. Y se dio el gusto de ir por fuera, no en un pacto de unidad de toda la oposición. En esta elección quedó demostrado que se necesita la unidad para lograr un gran triunfo de la oposición, sino se asume el riesgo de que la derecha se imponga alcanzando el 40 % de los votos, con ese porcentaje sale electo el candidato a gobernador regional el próximo 11 de abril.

Las primarias evidenciaron que la unidad es un ejercicio que hay que fortalecer y difundir más en la ciudadanía, debido a que profundizan la propia democracia y la cultura electoral de un país. La oposición sacó cuentas alegres, pero no hay que olvidar la abstención electoral, ya que la baja participación electoral se vio en los locales de votación, solo votaron cerca de 419 mil personas para gobernador regional y 148 mil para alcaldes de un padrón habilitado de 14, 5 millones de chilenos y chilenas, es decir solo un 3% acudió a las urnas.

La gran deuda y el gran desafío es con la participación electoral, por eso es muy importante la unidad de la oposición, por encima de las pequeñeces o los intereses de los partidos políticos que la integran; la unidad siempre será unidad en la diversidad, porque con los idénticos no se requiere unidad. La unidad comienza con los distintos, con los que piensan con otro punto de vista, de ahí que entre más amplia sea la unidad mayores serán las diferencias, y mientras sean claras esas diferencias será mejor para esa anhelada unidad tan necesaria hoy día… eso deben entender los partidos políticos de la oposición: ahí está la madre de todas las batallas.

 

 

 

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