Ramón Peña / En pocas palabras: La Casa Blanca monárquica
“Todo hombre que tiene poder tiende a su abuso”
Montesquieu, El espíritu de las leyes, 1748
La división de los poderes públicos, fundamento doctrinal del Estado moderno, propicia la distribución ecuánime de atribuciones y responsabilidades entre los órganos del Estado. Es la doctrina que Occidente aprendió de los filósofos europeos de la libertad del SVXIII, Locke, Montesquieu, entre otros. Estados Unidos ostenta el mérito de ser pionero en plasmar estas ideas como letra jurídica en su Constitución de 1787, antes que cualquier Estado europeo.
Pero esta semana, la mayoría de la Corte Suprema de Justicia ha sorprendido con un fallo que sacude la esencia de este equilibrio de poder. Ha investido al presidente de Estados Unidos de “inmunidad absoluta”, frente a la acción judicial, en todos los actos que ejecute oficialmente en el ejercicio de su cargo. En opinión de una magistrada que votó en contra de tal sentencia, “en todo uso de su poder oficial, el presidente es ahora un monarca que está por encima de la ley”.
Beneficiario inmediato de esta decisión es Donald Trump, porque aplaza de manera indefinida su procesamiento por el intento de anular las elecciones de 2020 y su responsabilidad en el vandálico asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021, no obstante las pruebas por su discurso y tuits instando a interrumpir la certificación del resultado electoral.
Hasta el presente, los presidentes estadounidenses respondían ante la ley. Como ejemplo, recordamos que Richard Nixon, forzado a renunciar a la presidencia, prefirió ser indultado por su sucesor, Gerald Ford, pues de lo contrario habría sido juzgado en un tribunal por su encubrimiento del famoso escándalo de Watergate en 1974.
Alega la sentencia que, ahora, un presidente no vacilará en aplicar cuanto considere correcto. Con esta inmunidad cabe imaginar a Trump, si regresa a la Casa Blanca, materializando la perturbadora lista de venganzas y amenazas que, públicamente, ha declarado caracterizarán su mandato.
