«Rezo por ti»

Algo siempre queda fuera del lenguaje. No bastan las palabras para contener lo que nos sacude y conmueve. Cada vez que Zelenski comparece en público, invade la sensación de escuchar a un hombre valiente. Alguien que en apenas unas horas podría aparecer abaleado, envenenado o abatido. Pero Zelenski no ha muerto, tampoco se esconde. Él resiste. Inspira. Emociona.

Despojado del traje y la corbata, vestido con una camiseta verde ceñida, incluso ojeroso y exhausto ante la cámara, resulta imposible no esbozar una sonrisa al verlo. Y no porque el presidente de Ucrania haga reír –ya nadie puede ver en él al humorista–, es su convicción lo que reconforta y consuela. En medio de liderazgos de utilería, Zelenski despliega un coraje y dignidad inéditos en un siglo en el que triunfan los caudillos, los autócratas y los payasos.

Esta semana, durante los actos del 80 aniversario del desembarco de Normandía, el Día D, un veterano con gorro azul y una manta sobre las piernas en su silla de ruedas, le cogió la mano a Zelenski para besársela. Emocionado, acaso con pudor, el presidente ucraniano se resistió y se arrodilló ante el excombatiente de 99 años. «Eres el salvador del pueblo», le dijo el anciano.

Emocionado, Zelenski respondió: «No, no, no, ustedes salvaron a Europa». Y tanto. En la Alemania del Tercer Reich aquel desembarco inauguró una nueva orilla. Lleva razón Zelenski, ellos salvaron Europa. «Tú eres nuestro héroe», insistió el veterano de guerra, que pidió hacerse una fotografía con Zelenski, al mismo tiempo que este le replicaba: «No, usted es el héroe». Una vez hecha la instantánea, el anciano le dijo al presidente de Ucrania: «Rezo por ti». Retumban en la mente esas tres palabras. «Rezo por ti».

El 24 de febrero de 2022, ante la inminencia del despliegue ruso para arrasar y arrodillar Kiev, Zelenski dijo: «Putin comenzó una guerra contra Ucrania y contra todo el mundo democrático (…) Pero si intentan quitarnos nuestro país, nuestra libertad y nuestra vida, nos defenderemos». Y se defendieron. Ucrania fue y sigue siendo la frontera entre el autoritarismo de Putin y Europa. Al resistir por sí mismos, los ucranianos resisten por todos nosotros.

Zelenski llegó a la presidencia con un partido con el mismo nombre del ‘show’ ‘Servidor del pueblo’, una sátira en la que interpretaba a un profesor, un hombre corriente, que llega a presidir su país y en cuyos episodios forjó una primera relación afectiva con los ciudadanos a los que pidió valor. «Daremos armas a cualquiera que quiera defender el país. Prepárate para apoyar a Ucrania en las plazas de nuestras ciudades», escribió Zelenski en las redes sociales al comienzo de la invasión. Morirían, pero no como ratas. Entre veteranos del Día D, Zelenski es un voto renovado, una nueva plegaria, acaso un nuevo desembarco frente a la satrapía de Putin. En día de elecciones europeas, el continente vuelve a estar en vilo, casi un siglo después. Por eso retumban las palabras del veterano. Nosotros, también, rezamos por él.