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Oswaldo Páez-Pumar: Los escritos de Manuel Caballero

 

El título es inadecuado, ya que se trata solamente de un breve comentario sobre unos cuantos escritos recogidos en un libro que lleva por título “La peste militar”.

La atención de Manuel Caballero se dirige hacia ese tema al toparse con la asonada de Chávez Frías el 4 de febrero de 1992 y luego el remedo de la misma el 27 de noviembre. Sus escritos parangonan la rendición de Chávez en el Museo Militar y su frase “por ahora” en la primera, con el vuelo de Visconti en la segunda, que lo llevó de Caracas a Iquitos en el Perú.

Lo más interesante de esa serie de trabajos de Caballero es quizá, aunque para mí sin el quizá, la denuncia por llamarla de algún modo, de cómo nosotros, incluido desde luego el expresidente Pérez, vieron, o debo decir vimos, los actos de los complotados como “¿una travesura?”; y no la señal advertida por el propio Bolívar, según la cual Venezuela sería un cuartel, mientras Colombia una universidad y Quito (quiso decir Ecuador) un convento.

En este paseo por el que nos lleva Caballero, desde el año 92 hasta el 98 que concluye con la elección de quien despreciaba llegar al poder por esa vía, como nos lo hizo saber el 4 de febrero justamente con la frase “por ahora”, como buen historiador nos retrotrae hasta 1945 para ponernos de manifiesto que el 18 de octubre de ese año no fue inspirado por el llamado del pueblo a elegir directamente al presidente que contó con respaldo militar, sino por los aliados militares, que con o sin los civiles que participaron “en el golpe o revolución” se entronizarían poco después el 24 de noviembre de 1948 y allí se mantendrían hasta el 23 de enero de 1958.

Caballero pone también de relieve la similitud de la actitud  de Chávez  el 4 de febrero de 1992, con la asumida el 11 de abril de 2002 después del reguero de cadáveres que dejó, y si traigo esta mención en un artículo que lo que aspira es a entusiasmar a quien me lea para que lea a Caballero, es porque hoy, seguidores de Chávez, pretenden marcar distancia con el gobierno de Maduro, como si no fuera una misma ejecutoria, tutelada por Cuba y por Castro que persigue como allá, el gobierno a perpetuidad. Será mejor callar y no les siga diciendo lo que dice Caballero, los invito a tomar el libro.

Me separan 9 años y medio de Caballero, fui su vecino por unos cuantos años y no crucé palabra con él. Me limité a leer lo que escribía en El Universal ocupando casi la totalidad de la primera página de artículos de opinión de los domingos, quedaba a su lado un pequeño margen donde por un tiempo figuraron unos sonetos míos, que espero haya leído porque de su verbo poderoso tomé la expresión “onagro trisoleado”,  para referirme a ese general que dijo el propio 11 de abril que se le había solicitado la renuncia a Chávez, “la cual acetó”.

Caracas, 17 de febrero de 2022

 

 

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