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El triunfo de Javier Milei en las primarias obligatorias de Argentina, ¿representa una victoria del candidato y sus propuestas o la escalada del desencanto? ¿Ganó la decepción generalizada? ¿Hacia dónde va el país?

Javier Milei

Allá por mayo en una columna dijimos «Ganó Milei». Sin bola de cristal, ni tarot, simplemente observando que ya por aquel entonces en el prólogo de la contienda, el «león» venía instalando el marco conceptual de la elección. Dolarización, Banco Central, portación de armas, venta de órganos, etc. Todas propuestas de Milei sobre las que los demás candidatos tuvieron que opinar, de manera reactiva, sin lograr imponer agenda propia ni temas que entusiasmen.

Sí, para sorpresa de muchos, ganó Javier Milei, ¿pero ganaron sus propuestas? ¿o ganó la radicalización sobre la moderación? ¿ganó la bronca? ¿ganó la decepción generalizada? ¿Ganaron los gritos fuertes frente a la incertidumbre? En nuestros estudios de estos meses vimos de manera reiterada que la atención hacia el libertario no tenía que ver con sus propuestas, mayormente rechazadas, ¿entonces? ¿qué pasó?

Al momento de cerrar esta columna [13 de agosto en la noche], con el 90 % de las mesas escrutadas, Milei sorprende con un 30 % de los votos. Doble sabor amargo para quienes esperaban que Juntos sería la fuerza más votada y Massa el candidato individual con más apoyo. A nivel nacional el mapa se va pintando de violeta, imponiéndose en 16 distritos. Vamos con algunas primeras reflexiones de domingo a la medianoche.

 

Escenarios

1. Milei llegó a las PASO sin aparato propio, sin control de distritos, con magros resultados en las elecciones provinciales de este año, con excepción de La Rioja y Chubut. Mientras tanto, desde las otras tres esquinas del cuadrilátero se disputaron la elección entre Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta y Sergio Massa. Los dos últimos estando en gestión, con más recursos, con territorio, con apoyos, con victorias previas (electorales o de otros tipos). Se esperaba que los grandes espacios jugaran como una desventaja obvia para Milei. Sin embargo, billetera no mata galán.

2. En este ida y vuelta de pensar entre la moderación o la radicalización, en el tono de la campaña, si hablaban más fuerte o más suave, si caminaban hacia el futuro con un faro detrás o una Tasser por delante, en Juntos nunca se enteraron que la sociedad también los tenía en capilla a ellos. La mala gestión de Alberto no diluyó el recuerdo de la crisis de Macri, simplemente se acumularon las frustraciones. En esta elección Juntos le habló a la sociedad como si nunca los hubieran conocido antes, como si todo fuera un tema de forma y de tono. Pero en realidad, ¿de qué se trataba esta elección? El electorado estaba mirando la película por otra plataforma. Entonces, si lo conocido viene decepcionando desde hace rato, ¿por qué no probar algo distinto?

3. ¿De dónde sacó los votos el león? De varios lados. Es un voto transversal políticamente, con hincapié en los menos de 30, despolitizados y desideologizados. Un trumpismo criollo. En muchos barrios populares históricamente votantes del peronismo, optaron por Milei. Hay cansancio con el peronismo y no hay otras opciones que entusiasmen.

Abstención

4. Para finalizar, el dato que sigue preocupando a todo el sistema político es que en estas elecciones nacionales se verificó una mayor abstención (en las PASO presidenciales de 2019, la participación estuvo en un 76.40 y este domingo fue de un 68.5, 8 puntos menos), tal como ocurrió en los comicios provinciales previos. Es la señal de fastidio con las peleas interminables. Habría que repasar las estrofas de Charly en «Cerca de la revolución»: «Cerca de la revolución / el pueblo pide sangre… / Yo estoy cantando esta canción / que alguna vez fue hambre… / Lo que fue hermoso, será horrible después / No es solo una cuestión de elecciones / No elegí este mundo…».

Tiempo atrás, analizábamos lo que ocurría dentro de los distintos espacios, viendo con estupor que por ganar la batalla podían perder la guerra. Con los candidatos definidos, veremos cómo empieza a moverse el tablero a partir de mañana. ¿La casta tendrá miedo? Los argentinos vamos a estar mirando el país desde el borde del trampolín olímpico, esperando a octubre, a ver si bajamos la escalera para saltar del borde o damos un paso adelante cerca de la revolución.

 

Consultor político especialista en opinión pública, campañas electorales y comunicación. Ha participado en campañas electorales en Argentina y Latinoamérica. Premio Aristóteles a la Excelencia 2010.

Artículo publicado originalmente en Perfil el 14 de agosto de 2023.

 

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