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Carmen Ro: «La Callas ganó a Maria, pero Maria luchó más que la Callas»

La periodista publica la novela 'El cuaderno secreto de Maria Callas', que trata de descubrir a la mujer que estaba oculta por la artista

Carmen Ro MARGARITA BAÑÓN

 

«El éxito de Maria Callas fue el escenario, y su fracaso, su vida. La Callas ganó y perdió Maria, pero Maria luchó más que la Callas, y ese es su valor: haber hecho con su dolor algo importante». Son palabras de Carmen Ro, autora de la novela ‘El cuaderno secreto de Maria Callas’ (La esfera de los libros), que se publica coincidiendo con el centenario del nacimiento de la legendaria soprano griega, el próximo 2 de diciembre. La novela recrea el viaje que Maria Callas y su entonces marido, Giovanni Battista Meneghini, realizaron en el verano de 1959 en el yate ‘Christina’, con el naviero Aristóteles Onassis, que cambió radicalmente la vida de la mujer, y marcó el principio del fin de la cantante.

 

 

Lo que sedujo de Maria Callas a Carmen Ro fue precisamente esa contradicción entre la artista que lo tenía todo -la ‘Divina’- y la mujer desgraciada que fue. «Cuando preparaba el perfil de Maria Callas -relata la autora de la novela- para los retratos de mujeres que hago desde hace años en RNE me encontré con que había dicho que ella lo que quería ser era ama de casa. Aquella paradoja -que una mujer que estaba en el estrellato de la ópera soñase con ser ama de casa- me fascinó y quise ver de dónde venía aquello. Profundicé entonces sobre todo en Maria, la mujer, no en la diva; en la mujer que vivía bajo la sombra cruel de la artista. Se ha escrito mucho sobre ésta, y poco sobre aquélla, por eso me animé a escribir esta novela».

En aquel crucero en el verano de 1959 Maria Callas descubrió, dice Carmen Ro, «la pasión en la vida real». «Yo no soy una gran conocedora del mundo operístico en lo musical, pero sí tengo claro que la potencia de Maria Callas es su dolor. Lo que le distingue es que es una mujer doliente que consigue sobre el escenario transformar ese dolor en un arte completamente extraordinario. Ella expresa esa pasión que lleva dentro de las venas cuando se convierte en Medea, en Tosca, en Norma… Cuando es Maria es una mujer de costumbres que va de casa al teatro y del teatro a casa, y que está casada además con un hombre casi treinta años mayor que ella; Meneghini era un entregado manager, vamos a dejarlo ahí, más que un apasionado marido. Y en ese crucero, Maria va a empezar la aventura más peligrosa y definitiva de toda su vida porque va a descubrir la pasión; formaba parte de ella, pero no la había desarrollado en la vida real, y de la mano de Aristóteles Onassis abre esa puerta a la pasión, que es también el amor y, obviamente, el sexo».

 

 

La novela quiere ir, dice su autora, «más allá de una crónica sobre una pasión caníbal, que la hubo, y un amor prohibido y adúltero, que lo hubo; me interesaba ofrecer el tormento y el goce de Maria Callas durante ese viaje, donde comprueba primero que su matrimonio es ya prácticamente una ruina; donde se encierra con los recuerdos de su infancia, dolorosa, y se afianza en esa vocación íntima que es una humilde vida familiar y no el estrellato. Cree encontrar en el amor de Onassis la salida a todos sus traumas, y llega precisamente al principio de su fin. Pero ella no lo sabe… Y probablemente no le importara. Probablemente se lanzó al abismo con más deleite que remordimiento o que preocupación, porque empezó a vivir. María, la mujer, no vivía hasta entonces; solo se aplazaba, se ocultaba, dudaba, lloraba, pero no vivía».

Carmen Ro introduce en el relato un ‘cuaderno secreto‘ de la propia Maria Callas -que da título al libro-; «quería hacer un retrato en dos direcciones: hacia el futuro, que empieza en el barco, y hacia el pasado, doloroso, donde están los traumas de esa mujer oculta detrás de la artista. Y lo he hecho a través de una especie de diario de a bordo que ella escribe, y que he basado en entrevistas, cartas, confesiones a sus seres queridos… Es una navegación interior hacia su pasado, al tiempo que navega hacia su futuro».

¿Y María Callas fue feliz? «No», contesta rotunda Carmen Ro.

 

 

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