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Totalitarismo: deificación del poder

En Venezuela el Episcopado, explícitamente, -precisando lo que muchos no han hecho o no se han atrevido a hacer- ha identificado y condenado el carácter totalitario del actual Régimen, desde su propuesta de reforma constitucional en 2007

 

Mons. Ovidio Pérez Morales:

Totalitarismo es un término relativamente reciente, distintivo de dictaduras contemporáneas como fascismo, nazismo y comunismo.

Según la doctrina totalitaria ninguna actividad social (económica, política, cultural) es autónoma, con garantías específicas, frente al Estado. Éste se erige como absoluto y exige subordinación total de individuos, grupos, clases, instituciones. Un fenómeno de los nuevos tiempos, pues en el pasado no se dio una tal concentración y penetración capilar del poder. Maquiavelo se quedó corto, pues el dominio político, la “razón de Estado” no tenía tantas pretensiones de totalización. Los avances tecnológicos contemporáneos comunicacionales con su potencialidad de control total, ha posibilitado una agudización e  interiorización de la manipulación estatal.

El totalitarismo es así, por naturaleza y pretensión, ateo o ateizante. Es auto deificante, se erige como dios al exigir adhesión total de cuerpo y espíritu, individuo y comunidad.  Expresiones como “por las buenas o por las malas”, refiriéndose a obligantes comportamientos sociales, son bien indicativas al respecto. El Estado (con su FuhrerDuce, jefe) determina lo que el súbdito debe pensar, decidir y actuar.

Un régimen totalitario, aunque puede tocar fondo también en lo que Hannah Arendt llamó “banalización del mal”, no tiene futuro por su condición antinatural. La historia es devenir de seres inteligentes y libres, llamados connaturalmente a con-vivir y compartir, aunque en cuanto frágiles y pecadores, están siempre expuestos al mal.

En lo tocante a la Iglesia, el Papa Pío XI fue claro en su denuncia y actitud frente a los totalitarismos en el emerger mismo de éstos, de lo cual testimonian sus documentos Non abbiamo bisogno (1931) frente al fascismo, Mit brennender Sorge” (1937) respecto del nazismo y Divini Redemptoris sobre el comunismo.

En Venezuela el Episcopado, explícitamente, -precisando lo que muchos no han hecho o no se han atrevido a hacer- ha identificado y condenado el carácter totalitario del actual Régimen, desde su propuesta de reforma constitucional en 2007:

  1. Un modelo de Estado socialista, marxista-leninista, estatista, es contrario al pensamiento del Libertador Simón Bolívar (cf. Discurso ante el Congreso de Angostura) y también contrario a la naturaleza del ser humano y a la visión cristiana del hombre, porque establece el dominio absoluto del Estado sobre la persona” (Exhortación sobre la propuesta de reforma constitucional, 10.2007)
  2. “La raíz de los problemas (del país) está en la implantación de un proyecto político totalitario, empobrecedor, rentista y centralizado que el gobierno se empeña en mantener” (Exhortación del 12. 7. 2016, citado en la del 12. 1. 2018)
  3. De la actual situación “La causa fundamental, como lo hemos afirmado en otras ocasiones, es el empeño del Gobierno de imponer el sistema totalitario recogido en el Plan de la Patria (llamado Socialismo del Siglo XXI)” (CEV. Exhortación del 13. 1. 2017).
  4. “(…) la nación se ha venido a menos, debido a la pretensión de implantar un sistema totalitario, injusto, ineficiente, manipulador” (Presidencia CEV, Mensaje del 19.3.2018).
  5. “La consulta electoral realizada a fines del mes de mayo, a pesar de todas las voces -entre ellas la nuestra- que advertían de su ilegitimidad, su extemporaneidad y sus graves defectos de forma, sólo sirvió para prolongar el mandato del actual gobernante. La altísima abstención (…), es un mensaje silencioso de rechazo, dirigido a quienes quieren imponer una ideología de corte totalitario, en contra de la mayoría de la población” (CEV, Exhortación “No temas, yo estoy contigo” 11.7.2018).
  6. “Vivimos en un régimen totalitario e inhumano en el que se persigue a la disidencia política con tortura, represión violenta y asesinatos (…)” (Carta fraterna del 10.10.2020
  7. “(…) el régimen se consolida como un gobierno totalitario, justificando que no se puede entregar el poder a alguien que piense distinto” (Exhortación 10 julio 2020).

El totalitarismo en el siglo XXI no es, por tanto, una monstruosidad sólo del pasado o de otras tierras. Es amenaza-realidad en un espacio que se proclama “liberado” por Bolívar.-

Imagen referencial: Dreamstime

 

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